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Aquel Hombre de Maíz/Le Ixi`im Wíinike´

 

El zorro, el loro y el garrapatero dijeron a los dioses que las mazorcas de maíz amarillo, morado y blanco estaban maduras. Con agua serenada, con masa amarilla y masa blanca los dioses hicieron cuatro hombres. Para darles fuerza les pusieron carrizos dentro. Estos hombres entendieron y supieron cuál era la realidad que los rodeaba.
Los dioses los hicieron dormir y crearon a las mujeres y los acostaron a su lado. Al despertar, los hombres se sintieron llenos de alegría y al sentir a las mujeres de piel de tersa y de aroma exquisito, las tomaron por compañeras.
Con ellas tuvieron muchos hijos que se establecieron en toda la tierra maya y fundaron ciudades como Tikal, Cobá, Tulum, Uxmal, Chichón Itzá, Dzibanché y otras. Esos hombres de maíz fueron nuestros abuelos. 
Le ch´amako´, le xt´uuto´ yéetel le ch´ikbulo´tu ya´alo´ob ti´eki´ichkelem yuumo´obo´u jeek` le k´an ixi`imo`, chak ya´ax yéetel sak, ts´o´ok u yiijtalo´ob.  Yéetel ye´eb ja´, yéetel k´an sakan, i´ix sak sakane´, tu meento´ob kantúul xiibo´ob. Utia´al ka yaanak u muuk´o´ obe´ ts´áab jalal tu jobnelo´ob. Leti´obe´ tu na´ato´ob ka tu yojelto´ob máakalmáak u jaajil le ba´al bak´paachto´ob. 
Le yuumtsilo´ob tu béeto´ob u wenlo´ob, ka túun tu méento´obe´ le xko´olelo´ob ka tu chilkuntajo´ob tu tséelo´ob. Ka ajo´obe´tu yu´ubo´ob bey chuupo´ob yéetel nojoch ki´imak óolal, úuch ku yilko´ob le xch´úupalo´ob jats´uts yoot´elo´ob, yéet u ki´ ki´ bookilo´ob, ka túun tu pacha´an utia´al u láak´inkuba´ob. 
Leti´obe´ yaanji ya´abkach u paalal, ka túun tu kaajkunsuba´ob te´ tu láakle´ lu´umile maaya t´aana´. Tu kaajkunso´ob yéetel tu nojochkinso´ob ya´abkach noj kaajo´ob je´ebix: Ti´k´aal, Koba´, Tulum, Ooxmal, Chi´ch´e´en its ja´, Ts´íiba´an che´ yéetel uláak´o´ob. Le xi´im wiíniko´ob úuchben k-noolo´on. Esaj K´ajlayo´ob ti´e Maaya´abe´.

 

Fuente: Gómez Navarrete, Javier A., Historias Mágicas del Mayab: versiones en español, maya, inglés e italiano / Javier A. Gómez Navarrete, Maribel Olguín Díaz, Sigurd Hinojosa O'Neal ; ilustraciones Isaac Hernández Ruiz ; [traducción al maya Javier A. Gómez Navarrete, al inglés Maribel Olguín Díaz y Sigurd Hinojosa O'Neal, al italiano Alessio Visintin Zanier].  México, D.F., Universidad de Quintana Roo, Instituto Quintanarroense de la Cultura, 2001, pág. 23 y 101 respectivamente.

 

EL MAIZ/Le Ixi´ime´

 

 

  

Esa noche, Eleuterio comenzó su relato así:


“en la antigüedad había muchos granos de maíz bajo una gran piedra plana".



“solamente las hormigas rojas conocían una fisura de la roca por donde entraban para sacar el maíz que comían. “Un día una ardilla encontró algunos granos que dejaron las hormigas.


Los comió y los sintió muy sabrosos. “queriendo saber de donde procedían los granos, se escondió para espiar; al ver lo que hacían las hormigas las quiso imitar- pero no pudo penetrar en la hendidura por que eras muy estrecha, y se conformo con el maíz que nuevamente dejaron las hormigas.


“Al día siguiente la ardilla se ventoseó y los animales que estaban cerca quisieron saber que había comido, ya que sus vientos olían bien.


La ardilla negó haber comido un nuevo alimento, pero los otros animales la espiaron y descubrieron lo que no quería decir.“todos los animales exigieron a las hormigas que los aprovisionaran de maíz. Sin embargo, no fue posible. Entonces llamaron al hombre. Vino el y quiso mover la piedra pero no pudo. “les oro a los dioses y vino el dios del agua con su hacha de pedernal y su antorcha.  

 
“La deidad ordeno al pájaro carpintero que sondeara la roca para localizar la parte más frágil; después el dios le ordeno al pájaro que se alejara y descargo violentamente un rayo que rompió la roca en muchos fragmentos. “algunos granos de maíz que recibieron los rayos del calor del fuego directamente se volvieron morados; otros recibieron menos calor y enrojecieron, otros quedaron amarillos y los demás blancos.
 

“El pájaro carpintero quiso observar todo de cerca; por desobediente recibió el impacto de una lasca que le hizo sangrar la cabeza, por eso hasta hora es roja su cabeza. “el hombre y sus descendientes sembraron el maíz blanco, rojo y morado, y hasta ahora muchos animales se lo roban de las milpas para comerlo.”
 Le áak´abo J-Elute tu káajsu u tsikbal beya´:
 
“Jach Duch k´iinile´ yaanchaj xi´im yalan junp´éel nojoc tuunich". 
 
“Chéen le chak síiniko´ob u k´ajóol junp´éel chan jool tus ku yoklo´ob u janto´obe´ xi´imo´. “Chéen jun´éel u k´iinile´ juntúul ku´uk tu kaxta´ waa jayp´él xi´im tu páata´ le síiniko´obo´, le káan tu jantj tu u´uyaj táaj ki´. “U k´áat yojelt tu´ux u taal le xi´imo´, tu ta´akuba ch´úuk ka tu yilaj ba´ax ku béetke´ síiniko´obo´.
 
 
Tu k´áat u bet je´e bix leti´obe´, ba´axe´ ma´ páatchaj u yoko te´tu joolilo´ tuméen jach nu´ut´, ka túun ki´imakchajyóol chéen yéetel u yala yo´och síiniko´ob. “Tu láak´ kíine´ le ku´uko´ tu ki´kiisubaj. Le ba´alche´ob yaano´ob náats ti´e´ tu bobookni´tko´ob uts u book.
 
 
Le ku´uko´ ma´ tu k´áat u ya´al ba´ax túunben janal tu jantaj. Le uláak´ ba´alche´ob tu ch´úukto´ob ka tu na´ato´ob le ba´ax ma´ tu k´áat u ya´ali´. „Tuláakle´ ba´alche´obo´ tu k´áato´ob ti´ le síiniko´obo´ ka ts´áabak xi´im ti´ob, chéen ba´ale´ lelo´ ma´ páatchaji´. Ka túun tu t´aano´ob juntúul wíinik. Taal leti´e´ ka tu yóolt u péeks le tuunicho´, ba´axe´ ma´ páatchaji´. „ Payalchi´jna´ ti yuumo´ob, ka taal u Yuumil ja´ yéetel u tok´ báat, yéet u tajche´ chakjope´en. 
 
 
Le Yuumo´ tia´ala´ ti´ le ch´iich´ kolonte´o´ ku bobjte´ tuuncho´ yojsa´ u kaxtik tu´ux jach jaay. Le Yuumo´ ti´a´ala´ ti´ le ch´íich kolonte´o´ ka náachtak, ka túun jaats´naje´ Yuum Cháako´; chéen bey úuch u páajtal u xe´exet´k´aja´ le tuunicho´. 
 
 
„Le jayp´éel xi´imo´ob tu k´aamo´ob u yooxoj u jaats´ le Cháako´ booxchajo´ob; u láak´o´ob ma´ tu k´aamo´ob ya´ab yooxole´ p´áato´ob chaktak, uláak´o´obe k´anchajo´ob, yéet u chukano´obe´ sakchajo´ob. „Le ch´íich kolonte´o´ yojsa´ u ma´ u´uyaj t´aane´ tu k´aama´ junp´éel yuum p´uch´, kaapu chooj u k´i´ik´el, laten tak bejla´e´ chak u pool. 
 
 
„Le lu´umkaab yéetel y ch´i´ibalo´ob tu pak´o´ob le sak xi´imo´, chak, k´an yéetel chakya´ax. Tak túun bejla´e´ ya´abkach ba´alche´ob ku ch´iko´ob xi´im ich koolo´ob utia´al u ki´ki´ jantiko´ob”.

 

 

Fuente: Gómez Navarrete, Javier A., Historias Mágicas del Mayab: versiones en español, maya, inglés e italiano / Javier A. Gómez Navarrete, Maribel Olguín Díaz, Sigurd Hinojosa O'Neal ; ilustraciones Isaac Hernández Ruiz ; [traducción al maya Javier A. Gómez Navarrete, al inglés Maribel Olguín Díaz y Sigurd Hinojosa O'Neal, al italiano Alessio Visintin Zanier].  México, D.F., Universidad de Quintana Roo, Instituto Quintanarroense de la Cultura, 2001, pág. 27-28 y 105-106 respectivamente.

 

ORACIÓN A LA TIERRA ANTES DE SEMBRAR EL MAÍZ

 

Grabada en Yupiltitla del
Municipio de Benito Juárez, Veracruz.
Informante: Juan Bautista Reyes
Edad: 40 años. Julio 1967.
 

¡Ay, María Purísima! Por lo señal de la Santa Cruz de nuestro enemigo líbranos señor Dios. En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo; amen.
¡Ay, María Purísima! Tu, superficie terrestre, eres padre; superficie terrestre, eres madre. Con un copal divino, con una fiesta divina, aquí te hablare, te llamare; aquí te daré un copal divino, una luz divina. Veras el agua de Flor siete aquí, tú que eres gran padre, que eres gran madre. Tu no vayas a entristecerme, no vayas a preocuparte. Una luz divina te ofrecemos. Para eso te dejaron, nuestro Señor Dios de allá del cielo, los sontos te dejaron, nuestros padres nuestras madres, y los santos cerros te dejaron, te compraron a ti, a ti te vistieron, te colocaron el Kichkemitl, te colocaron la camisa, te vistieron la falda: a ti te cambiaron el ropaje, a ti, gran padre superficie terrestre, madre superficie terrestre. Aquí, Ahora en esta hora, ahora en este día, con un copal divino, con una luz divina, con una buena agua de flor siete miraras, veras con lo que pagamos: con siete veces cien mil pesos, incluyendo a todos los santos cerros, incluyendo a todos los santos de cielo; primero a nuestro padre, primero a nuestra madre, ante ti, gran superficie terrestre. Con el cultivo flor siete, con el te adornaran, te pondrán camisa, te pondrán falda, te pondrán chaqueta, te pondrán calzón, te pondrán Kichkemitl: te cambiaran el ropaje. A ti donde te encuentres, gran padre, tú que eres gran madre no te entristezcas, no te aflijas; no sueltes, no arrojes al padre cultivo flor siete, a la madre cultivo flor siete, al niño flor siete, a la niña flor siete, al padre maíz siete, a la madre maíz siete, al padre cultivo flor siete, a la madre cultivo flor siete, a la niña flor siete, al niño flor siete. Propiedad santa, cultivo santo. Señor San Antonio: ¿Dónde lo pensó? ¡Jesucristo, nuestro Padre Dios! Señor San Juan que le dio vida, que lo hizo brotar allá donde lo custodia en la gran laguna, donde el cultivo está echando raíces, le esta brotando yema, le están naciendo piernas.

 

Con hermosura, con belleza brotará, florecerá en tu espalda, en tu lomo, en tu rostro. Tomaran, levantaran este cultivo flor siete para ponerlo en tu espalda, para ponerlo en tus huesos, para ponerlo en tu cabeza, en le palma de tus manos, en la planta de tus pies, en tu fontanela, en tu cuello, en tu espalda, en tu lomo, en tu columna vertebral, en tus piernas. En donde lo coloquen, allí el (cultivo) establecerá sus límites, alineara sus límites, colocara sus límites. Tu gran, superficie terrestre, en tu espalda, en tu lomo, en tu rostro, en esta hora, en este día, recibirás todo con belleza, con hermosura. No vayas a entristecerte, no vayas a afligirte. Que el cultivo no se pierda, no se acabe, no se pudra, no encuentre sol en el suelo. Que ni las hormigas, ni los ratones, ni los conejos, ni las telarañas, ni los pájaros, ni los comedores, ni las hormigas lo reciban. Con belleza brotara, con belleza florecerá; con belleza se completará este padre flor siete, madre flor siete niño flor siete, niña flor siete. ¿Dónde va a producirse, a brotar, a florecer, a completarse? En tus manos, en tus pies. Tu, padre superficie terrestre, madre superficie terrestre, con perfección lo harás brotar, lo harás florecer, lo harás completarse, lo multiplicaras, lo inseminaras, tu lo colocaras, tu lo miraras, tu lo veras, tu lo atenderás, lo limpiaras de noche, de día: en los días de la cuenta del mes, en la cuenta del año, hasta redondearse la cuenta; en junio, en julio, en agosto, en septiembre; hasta que los días de cuatro meses, la cuenta de días, la cuenta de meses se complete. Brotará, florecerá hasta fortalecerse, hasta multiplicarse, hasta que su cuerpo se desarrolle, se haga macehual. Con perfección, con belleza donde el brote, florezca, se fortalecerá, se multiplicara, se inseminara, tendrá un corazón, se establecerá en su hogar, volverá, vendrá a descansar otra vez. Lo tomaran, lo levantaran, lo llevaran, lo pondrán por ahí, por ahí lo colocaran junto a un tronco. Lo pondrán junto a una piedra, lo pondrán en surcos, sobre los troncos lo pondrán: en un lugar fiero, chaparro, entre troncos, en el monte.

 

En un lugar difícil lo pondrán, pero no se perderá, no se acabara, no estará triste, ni se afligirá. Que tenga belleza y hermosura el lugar donde brote, donde florezca. Tu gran padre flor siete, madre flor siete, tu aquí, tu aquí brotaras, tu aquí florecerás con perfección, con hermosura. Por eso aquí a ti los santos te cuidaran, los santos te verán, los santos te harán brotar, los santos te harán florecer, los santos te atenderán, los santos te limpiaran, los santos te atenderán, los santos te cuidaran, los santos te miraran. Señor San Antonio, Señor San José, Jesucristo, nuestro Padre Dios. ¡Ay, María Purísima! Tu, gran superficie terrestre, no te entristezcas aunque te hayan desvestido, aunque te hayan desnudado, aunque te hayan quitado tu ropaje, aunque hayan quemado tus huesos, aunque te hayan quemado tu cuerpo; pues con este padre cultivo flor siete, con esta madre cultivo flor siete, con él te cambiaran el ropaje, el será el kichkemitl, el será tu camisa, el será tu falda, el será tu calzón. Con él te harán sombra, el será tu quitasol. No te entristezcas, no te aflijas, pues nuestro padre, pues nuestra madre para eso te dejo, para eso te pensó, para eso te dispuso. Allá en el cielo todos los santos y los santos cerros por ello conversaron: para extenderte, para adelgazarte; para que todos los días con él te cubras, que él te este sirviendo de kichkemitl, que él sea tu camisa. Este padre flor siete, madre flor siete, niño flor siete, niña flor siete, padre maíz, madre maíz: ¿donde brotara?, ¿Dónde florecerá?, ¿Dónde se completara?. En tu espalda, en tu lomo, en tu rostro. Por ti, con perfección, con belleza, a todos los santos aquí invocare; y tu, superficie terrestre, recibirás todo el costumbre con rectitud. Con todo (esto) te saludaran, te invocaran (la gente): con el agua de flor siete te invocaran; todos te invocaran con el agua flor siete, con una flor bella: con un hermoso collar de flores, con todo ello, con copal te invocaran. Con alegría perfecta aquí todo veras, miraras con alegría perfecta no vayas a soltarlo, no vayas a dejarlo caer: cabalmente tomaras con la mano a este padre flor siete, madre flor siete, niño flor siete, niña flor siete de la gran laguna donde él está en pie: el gran padre, la gran madre, el gran cultivo. ¡Ay, María Purísima! Primero dios todos los santos cerros, todos ellos, los santos del cielo, todos ellos se acercaran hacia él.

 


Ellos lo llevaran, lo cuidaran, lo verán, también lo atenderán lo limpiaran, con alegría perfecta. Gran madre nuestra María Santísima, madre nuestra de la Concepción purísima madre nuestra, nuestra madre la virgen, santísima madre nuestra, nuestra madre de la Soledad, nuestra madre San Antonio, nuestra madre de Atocha, nuestra madre de la Esperanza, nuestra madre Isabel, nuestra madre de los Dolores, nuestra madre Pascuala, nuestra madre Santa Rosa, nuestra madre la Virgen, nuestra madre santísima, nuestra madre del Niño de Atocha, nuestra madre de la Concepción, purísima madre nuestra, nuestra madre del Niño de Atocha, nuestra madre de Guadalupe. Todos vosotros os colocareis en fila: Santo Dios, Santo San José, Santo Jesucristo, Santo San Jorge, San Martin, San Isidro, San Bartolo, San Chencho, San Juan, San Pedro, San Camilo, San Nicolás, San Mateo, Señor San Ambrosio, Señor Santiago, Señor San Pedro, Señor San Antonio, hasta el señor San José, Jesucristo e incluso nuestro Padre Dios. Y todos los santos os colocareis en fila, todos vosotros. ¿En donde haréis brotar (el cultivo), lo aréis florecer, lo aréis completarse, lo multiplicareis, lo inseminareis, lo haréis tener un corazón, le haréis tener hojas, le haréis tener piernas, le haréis tener cabeza?. Que no se pudra su cabeza que crezca bien, que no se pudra su corazón, que no encuentren sal sus raíces, sino que con hermosura brote, que con hermosura se multiplique, se insemine, se complete, se fortalezca, sea hombre, sea macehual en las manos de nuestro padre, en las manos de nuestra madre. Primero los santos, todos vosotros os colocareis en fila, y veréis, y mirareis, no soltareis, no dejareis caer, a este padre flor siete, santa propiedad vuestra, santo cultivo vuestro, santo cultivo de vuestra propiedad, santa semilla de vuestro cultivo, vuestro santo cultivo niña, vuestro santo cultivo niño: ¿Dónde brotara, florecerá?. En la superficie terrestre. ¡Ay, María Purísima! Y todos los santos os colocareis en fila, todos los santos cerros. Habitantes de la sima de Crustepetl, habitantes de la sima de Xochiko, Crustepe, Ehakayantepe, Tiotepe, Sokoltepe, Coyometepe, Campanirio tepe, Xicohuatepe, Soledad, San Antonio, Tlamacuilpa, Lamahtlasotoltepe, Cerro de Tlahuelompa, santo tres (¿San Andrés?), San Agustín, Guadalupe, y todos vosotros cerro de Tzontecomatlan, cerro de Huayacocotla, Tzilacatipan, Tototenamicoya, Santa María, Ayotochtla, Tsikatla, Tescetepec, Toto, y hasta todos vosotros de México y Jalapa, habitantes de la sima de los cerros. Señores cerros santos, todos vosotros os acercaréis. Ahora en esta hora veréis, mirareis a este cultivo propiedad vuestra, semilla de vuestro cultivo, cultivo hijo vuestro, cultivo retoño vuestro. Y todos vosotros ahora en esta hora, ahora en este día, todos os reuniréis ahora en este día, todos vosotros aquí: cerro de Huelotitla, cerro de Cuichako, cerro de Tlahco, cerro de Cacaloco, cerro de Tzapoyo, cerro de Tlachiquilapan, cerro de Tlocoyontoc, Sayoltepe, cerro de Tamazolin, cerro de Tamazolin, cerro de Postectitla, cerro de San Juan, Tepetzintla, Tepenawak, Xihicalco, Tiopancahual, Vinasco, Tlasquestlan, habitantes de las cimas de los cerros laguna de Monterrey, Ozuluama, el gran mar la gran laguna.

 

Todos vosotros, santos señores, allá tronáis, allá relampagueáis. Y nosotros allá levantáis ráfagas de lluvia, surcos de agua. Allá levantáis a este padre cultivo flor siete, madre cultivo flor siete. Vosotros traéis todo el cultivo amarillo, el cultivo blanco, el cultivo azul, cultivo de la época seca: todo traéis. Cultivo azul: todo lo traéis vosotros cultivo de frijol chichimeca, cultivo de frijol delgado, cultivo de sandia, cultivo de melón, todo el cultivo de frijol chichimeca, cultivo de frijol ancho: todo lo traéis vosotros. En esta hora en este día todo vendrá relampagueando, vendrá tronando: todo lo traéis vosotros. Cultivo de chile delgado, cultivo de chile mateado: todo lo traéis vosotros. Todo el cultivo de caña dulce, cultivo de platano: todo lo traéis vosotros. Cultivo de calabaza, cultivo de cilantro, todo lo traéis vosotros. Cultivo de yerbabuena, cultivo de cebolla: todo lo traéis vosotros. Cultivo de frijol ancho, cultivo de papaya: todo lo traéis vosotros. En este hora a todo le dais corazón, lo hacéis brotar, le dais piernas, le dais yemas. En la orilla del mundo todos nuestros padres, todas nuestras madres, se ponen en pie, a todo dan vida, a todo hacen brotar, a todo lo hacen germinar, vosotros dejáis todo, todo; entregáis a los humanos este padre cultivo flor siete, madre cultivo flor siete. ¡Ay, María Purísima!. No de cualquier modo aquí a todos vosotros hablare. Os invocare. A ti, con fin del mundo parte baja del espejo(oriente), parte alta del espejo(occidente); a través de la superficie terrestre, a través del espejo (cielo), todos vosotros ved, mirad hacia donde todos nosotros miraremos. Veremos esta santa propiedad vuestra, santo cultivo, santo retoño, santo brote, santo hijo vuestro. ¡Ay, María Purísima! Primero Dios. Por la señal de la Santa Cruz de nuestro enemigo líbranos Señor Dios. En nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo amen. ¡Ay, María Purísima! Tomo tus manos, superficie terrestre, y a todos los santos de las manos, de los pies los tomo. Los tomaré en esta hora. Ya aquí mi voz termina; los invoque. ¡Ay, María Purísima! Primero Dios.

 


Fuente: Reyes García, Luis. El anillo de Tlalocan: mitos, oraciones, cantos y cuentos de los Nawas actuales de los Estados de Veracruz y Puebla / [por]... y Dieter Christensen. Con la contribución de Anneliese Mónnich y Gisela Beutler, México, CIESAS, c1989, pp. 60-70

Creación del Hombre (Popol Vuh)

 

 

He aquí, pues, el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se buscó lo que debía entrar en la carne del hombre.
Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llaman Tepeu y Gucumatz; “Ha llegado el tiempo del amanecer, de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezcan el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la tierra”. Así dijeron.
Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la obscuridad y en la noche; luego buscaron y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron. De esta manera salieron a luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que debía entrar en la carne del hombre.
Poco faltaba para que el sol, la luna, y las estrellas aparecieran sobre los Creadores y Formadores.
De Paxil, De Cayalá, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas.
Estos son los nombres de los animales que trajeron la comida: Yac (el gato del monte), Utiú (el coyote), Quel (una cotorra vulgarmente llamada chocoyo) y Hob (el cuervo). Estos cuatro animales les dieron la noticia de las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran a Paxil y les enseñaron el camino de Paxil.
Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz (en la formación del hombre) por obra de los Progenitores.
Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra, llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundante también en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de alimento había en aquel pueblo llamado de Paxil y Cayalá.

 

pág. 14-15

El Audiolibro completo del Popol Vuh se encuentra disponible en Radio Educación, y usted lo puede escuchar en la siguiente dirección: http://www.e-radio.edu.mx/Audiolibros-de-Radio-Educacion/Popul-Vuh