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Gonzalo Fernández de Oviedo ( 1478-1577)

 

oviedo

 

 

(Madrid, 1478-Santo Domingo, 1557) Historiador, cronista de Indias y administrador español.  En la primavera de 1514 marchó a las Indias con varios cargos, entre ellos "la escribanía de minas e del crimen" y el "oficio del hierro de los esclavos e indios", a los que acumuló después el de "veedor de las fundiciones", todos ellos en el "reino de la Tierra Firme que llaman Castilla del Oro". Tras una estancia de año y medio, volvió a la metrópoli, produciéndose entonces, como afirma Pérez de Tudela, su violento choque con Bartolomé de las Casas, que lo acusó de ser "partícipe de las crueles tiranías que en... Castilla del Oro se han hechos". Posteriormente, Fernández de Oviedo volvió a realizar otros cuatro viajes a América, en la que permaneció un total de veintidós años. Tras ocupar diversos cargos, fue nombrado Cronista de Indias en 1532. 
 
Después de su segunda estancia en el Nuevo Mundo, Fernández de Oviedo publicó el Sumario de la Natural Historia de las Indias (1526), que dedicó a Carlos I como un adelanto del "tratado que tengo copioso de todo ello". Había comenzado ya, en efecto, a redactar su Historia General y Natural de las Indias, cuya primera parte fue impresa en 1535, no editándose completa hasta 1851-1855.
Su obra más famosa fue Historia general y natural de las Indias, en la que describe el descubrimiento y la colonización de las Indias americanas desde la óptica de un minucioso observador de la naturaleza y las costumbres del Nuevo Mundo. En sus memorandos se reveló como un firme defensor de los conquistadores y un encarnizado enemigo de los indígenas. También fue autor, entre otras, de la novela de caballerías Don Claribalte, de 1519, y de las Quincuagenas de la nobleza de España, de 1555, que constituyeron un fiel informe sobre la nobleza.

 

Fuentes: http://www.biografica.info/biografia-de-fernandez-de-oviedo-gonzalo-864  y
http://www.todo-argentina.net/Literatura_argentina/Biografias_de_literatura/gonzalo_fernandez_de_oviedo_y_va.htm

 

 

 

 

 Francisco López de Gómara (1511-1556)

 

 

 

Nació en la pequeña villa castellana de Gómara el día 2 de febrero de 1511 y que hasta los diecinueve años vivió en España. Es probable que estudiara en la Universidad de Alcalá de Henares y allí se ordenara sacerdote, obteniendo además la Cátedra de Retórica. En 1531 partía hacia Roma, quizá al servicio de alguno de los representantes de España en la corte del Papa. Nueve años más tarde, en 1540, se encontraba en Venecia con Hurtado de Mendoza, hijo del conde de Tendilla y embajador de esa señoría por el emperador Carlos I. Parece ser que también viajó a Bolonia y, por algunos datos que ofrece el cronista, pueden suponerse las buenas relaciones de Gómara en el círculo renacentista italiano.
 
El 23 de octubre de 1541 se unió a las tropas españolas que partían hacia Argel a luchar contra el ejército otomano. Años más tarde, ya en España, dejaría constancia escrita en una de sus crónicas de algunas hazañas ocurridas en el combate de Spezzia. Fue precisamente en esa batalla donde conoció al entonces capitán general Hernán Cortés y, maravillado por la valentía y el fuerte carácter del conquistador, le siguió, una vez terminada la guerra, hasta Valladolid, donde entró a su servicio como capellán. Al año siguiente, en 1542, se trasladaron a Castilleja de la Cuesta; y allí permanecieron hasta la muerte de Cortés cinco años más tarde, en 1547.
 
Desde que fuera el secretario de Hernán Cortés, Gómara había comenzado a redactar algunas de sus obras. Al parecer, cuando había empezado con la escritura de la Crónica de los Barbarrojas la interrumpió temporalmente para comenzar con la redacción de las crónicas del Nuevo Mundo. La Crónica de los Barbarrojas no vería la luz hasta después de tres siglos, cuando sería publicada en el año 1851.
 
En una carta enviada a don Pedro Álvarez de Osorio, fechada en 1545, comenta Gómara que ya ha comenzado la redacción de la crónica del conquistador, donde se relatan todas las noticias conocidas hasta entonces del Nuevo Mundo. Sin duda alguna se refiere a la que será titulada Historia General y Conquista de México. La primera edición de esta obra se publicó en 1552, impresa en Zaragoza por Miguel Capilla.
 

Fuente: http://pueblosoriginarios.com/biografias/lopez.html

 

 

A continuación presentamos un texto breve sobre la cultura del maíz en Perú. Este texto ha sido tomado de: Rojas de Perdomo, Lucia. Cocina prehispánica. Historia de la Cocina, Ed. Voluntad, Colombia, 1994.

 

 

El Maíz en Perú

 

 

 

AGRICULTURA Y RELIGIÓN

 

"...Los naturales poseen fertilísima tierra, porque se da gran cantidad de maíz, yuca, y ajes o batatas y otras muchas raíces provechosas para la sustentación de los hombres. Y hay también gran cantidad de guayabas muy buenas, de dos o tres maneras, y guabas y aguacates y tunas de dos suertes, las unas blancas y de singular sabor, que se tienen por fruta gustosa,- caimitos, y otra fruta que llaman cerecillas... y se crían en algunas partes singulares pinas...".

 

Cieza de León

 

 

El trabajo agrícola dentro del Imperio fue uno de los más sobresalientes de su cultura. No en vano era una sociedad que derivaba todo su sustento del cultivo intensivo de diferentes plantas, de la recolección de frutos silvestres y en menor escala, de la pesca y la caza. La enorme diversidad del Imperio, donde se encontraban todos los climas y todas las alturas como el andino montañoso, el desértico, el costero y el selvático, les hizo desarrollar una gran creatividad para enfrentar el reto del difícil territorio y sostener, con el producto agrícola, la compleja sociedad que maravilló a los cronistas pero no a sus conquistadores. Los castellanos no tuvieron reparo en destruirla y doblegarla, en aras de sus propios intereses y los de una Corona ausente.
 
El hombre inca, dentro de la estructura sociopolítica, era todo en uno: soldado-agricultor-constructor; labores que desempeñaba con gusto, por estar insertas dentro de su mundo religioso, como la máxima directriz de su vida. En efecto, su dios principal, el Sol, del cual los incas se decían descendientes/ la Luna, su esposa dentro de la mitología/ el trueno, el agua y la tierra misma, estaban todos relacionados con la agricultura y por consiguiente, con la conservación del pueblo.
 
Al trueno lo consideraban generador de la lluvia y le dirigían constantes sacrificios y rogativas/ lo llamaban Chuqui o "resplandor de oro". También lo denominaban con los nombres de Catuillay de In tiílapa. De Viracocha, el Creador Supremo, decían que este máximo hacedor, con sólo desearlo, podía hacer que la tierra quedara lista para el cultivo y además, que podía hacer brotar de inmediato las semillas para que abundara el maíz y los demás alimentos.
 
El maíz siempre aparece en esta sociedad ligado a lo sagrado, al contrario de la papa, aunque el chuño o papa deshidratada servía en algunas ceremonias como ofrenda.
 
Al mar, que identificaron como generador del agua de los lagos y ríos, lo denominaban Mamacocha/ los pescadores le hacían sacrificios para obtener buena pesca y los agricultores para que no inundara las tierras del cultivo. Pachamama era la "madre tierra" y su figura la ponían en medio de las sementeras para que fructificaran. Respecto a los sacrificios, Cobo anotó que tenían una especial relevancia:
 
"...Sacrificaban al sol para que criase, al trueno para que lloviese y para que no granisase ni helase... para propiciar, para aplacar, por abundancia de comida...
 
Al trueno ofrecían llamas pintadas para que no faltase el agua... elaboraban una harina especial de maíz para propiciar al mar... sacrificaban con harina de maíz blanco, ají molido, maní, coca y llamas que partían en cuatro y quemaban hasta que lloví ese ceniza...también ayunaba sin comer ni sal ni ají para que sus rogativas fueran escuchadas...".
 
Al inicio de las siembras realizaban grandes fiestas, donde se consumía mucha chicha y "tenían grandes borracheras", anota el cronista. La fiesta de los cultivos se llamaba Hatunpúguy, tenía lugar el tercer mes del año y en ella ofrecían los cuys o ratoncillos de Indias para pedir ayuda por sus labranzas. El quinto mes, Ariquáquiz, celebraban otra gran fiesta para que granara el maíz. El sexto mes, Hatun-cuzqui, era la fiesta de la cosecha y se rogaba para que fuera abundante.
 
Para celebrar algunas fiestas preparaban comidas especiales que sólo consumían en esos días señalados/ por ejemplo, elaboraban una especie de mazamorra de maíz, mal molido, que llamaban sanco, según relaciona Cobo y una parte la derramaban en la  tierra como acto cosmo-simpático, para obtenerla concesión de sus súplicas. Además, comían maíz tostado y carne cruda de los cameros de la Tierra (llamas o vicuñas), que debían ser de color blanco,- tomaban parte de su sangre y con ésta amasaban ciertos bollos de maíz, para comer en esas específicas celebraciones. El fraile Cobo dice que en algunas de estas fiestas comían "manjares", con lo cual contradice sus afirmaciones respecto a su comida muy simple. Bien se sabe, dadas las calidades del fraile, que la connotación de "manjar" sólo se aplica a viandas especiales de rico preparado. Tenían otra fiesta especial llamada Itu, durante la cual ayunaban de chicha, ají y sal, su consumo favorito, para ofrecer un sacrificio más agradable al dios ofrendado.
 
Los incas dedicaban buena parte de su tiempo a las labores agrícolas. En primer término tenían que preparar, cultivar y cosechar, a manera de tributo, las tierras dedicadas al sol; los alimentos derivados eran almacenados en los depósitos estatales, para atender todo lo relacionado con el culto y sostenimiento del clero. En segundo lugar, atendían las tierras del Señor Inca, de las cuales se sostenía él, toda la casta noble, sus servidores y el ejército. Por último, debían atender su terreno familiar o chacra, que producía lo suficiente para su subsistencia y la de su familia. También, como labor social, los indígenas debían cultivar las tierras de los ancianos, enfermos, impedidos y las de los soldados que estaban en servicio.
 
En cuanto a utensilios de trabajo eran pocos, pero eficientes: el principal era la taclla, especie de arado de pie o palo plantador, de aproximadamente 1.80 m de largo, elaborado en madera dura, algunas veces de palma de chonta, con la punta endurecida al fuego o revestida de metal, según anotaron algunos cronistas. Llevaba una saliente lateral que servía de apoyo al pie, para poder cavar con mayor facilidad. Aunque los hombres se encargaban de las labores del campo, como se ha visto, las mujeres servían como valiosas auxiliares durante la siembra y cosecha. Según los dibujos de Quamán Poma de Ayala, ellas ayudaban a deshacer los terrones que el hombre levantaba con la taclla y también colocaban los granos de maíz en los agujeros que hacían para depositarlos.
 
Gracias a los dibujos y a la relación de Poma de Ayala, se pudo conocer el juicioso calendario agrícola de los incas y las actividades de cada mes, relacionadas con las labores del campo.

 

CALENDARIO AGRÍCOLA INCA

 

Se extracta sólo lo relativo al campo, adaptado del original de Huamán Poma de Ayala:
 
“...ENERO:
CAPACRAYMI (Mes del mayor festejo), cultivo del maíz (zara), papa, oca, ulluco, mashua, (tubérculos). Durante esta festividad comen michíca zara que es el maíz temprano, papa fresca y chaucha, papa pequeña. Los agricultores se ocupan de la limpieza de las chacras o campos de cultivo. Deben cuidar las sementeras del ataque de pájaros y zorrillos.
 
FEBRERO:
PAVCARVARAI Hatún Pocuy quilla (mes de gran maduración), se procede a romper la tierra virgen para sembrar maíz y papa... chacmacuy quilla, mes de barbechar. Se comen verduras porque ya han madurado.
 
MARZO:
PACHA PVCVY QUILLA (Mes de la maduración de la tierra), ya han salido las mazorcas de maíz y están tiernas (choclos). Los indios deben vigilar el maíz del ataque de los loros... y de los ladrones. Se siembran porotos (fríjoles), pallares. Es el mes de guardar para todo el año. Hay verduras, pescado, camarón, hongos (calanpí), caracoles (churo), frutas, berros (luluchas), algas (murcoto) y las deshidratan.
 
ABRIL:
INCA RAYMI (Festejo del Inca)... en este mes maduran el maíz, las papas y frutas. Se ha de guardar el maíz de los ladrones y de las bestias.
 
MAYO:
HATVN CVSQVI Aímoray quilla, (mes de cosecha), gran búsqueda de cosecha. Es elmes de segar, amontonar, arrancar la mazorca y desgranar el maíz. Se seca la semilla aparte. "El mejor maíz para comer y el peor para chicha".
 
 
JUNIO:
HVACAI CVSQUI QUILLA (Mes de descanso de las cosechas) Cosecha de papas, ocas, ullucos,- se preparaba el chuño y la moraya (papas deshidratadas). Se siembra la chaucha (papa temprana) y la papa de Mahuay. Es el mes de desgranar la quinua. Es tiempo de guardar las semillas de papas, ocas, ullucos, mashua, quinua.
 
JULIO:
CHACRA CONACUY QUILLA (Mes de la repartición de tierras). Es tiempo de llevar mucho estiércol a las chacras. Se limpian las acequias y lagunas para comenzar a regar las sementeras. Se recogen frutas, verduras secas, cacha, yuyo (planta acuática comestible).
 
AGOSTO:
CHACRA IAPVI QUILLA (Mes de abrir tierras). Es el mes de arar y sembrar, raíz, papa temprana, para chauca.
 
SEPTIEMBRE:
COIARAIMI QUILLA (Mes de festejo déla reina), mes de sembrar maíz y papas tempranas... En éste mes se comen yuyos, y frutas secas.
 
OCTUBRE:
VMA RAIMI QUILLA (Mes de la fiesta de orígenes o principal). Mes de ojear las sementeras de los pájaros y perdices, mes de cortar leña. En éste mes se come carne gorda y buen maíz y se bebe buena chicha de zora. Pero no se emborrachan, porque los borrachos serán luego castigados... En éste mes se trasquilan las ovejas de la tierra.
 
NOVIEMBRE:
AIA MARCAI QUILLA (Mes de regar las sementeras) porque escasea el agua. En este mes no debe faltar la comida, harina, sal, ají y leña... Este mes es tiempo de sembrar verdurasy plantar frutas, para que cuando llueva se críen con rapidez.
 
DICIEMBRE:
CAPACINTIRAIMIQUILLA (Mes de la festividad del Señor Sol).Se debe sembrar papas, ocas, y quinua y maíz, comienzan las grandes lluvias y se interrumpen las comunicaciones. Si se pasa este mes se pierde la sementera...".
 
Los antiguos peruanos sembraban por el sistema de terrazas, uno de los métodos más ingeniosos para volver útiles los terrenos inclinados. Esta labor de terraplenar con piedras cortadas, que demandaba un gran esfuerzo, se realizaba con trabajo comunal de beneficio colectivo, por lo cual la difícil labor se llevaba a cabo con la mejor disposición al respecto, anota sorprendido el jesuita Cobo:
 
"...Sembraban por el sistema de terrazas o andenes y tenían por mucho encanto sembrar sus chácaras... y ésta es una de las cosas en que los Incas descubrieron su gran ingenio y prudencia en saber disponer de tal modo un oficio de tanto trabajo y afán, que viniere a ser tenido por ejercicio de entretenimiento y regocijo...".
 
Otra tarea relacionada con la agricultura era la labor de riego que realizaban por el sistema de acequias construidas en piedra, para llevar el agua por larguísimos trechos/ inclusive desviaban o desecaban brazos de ríos para conducir sus aguas por los canales hacia donde fueran de mayor utilidad. Enormes depósitos de agua subterránea llamados puquios, también fueron construidos para que el agua no faltara nunca en sus sementeras, los de Sacsahuaman, que aún se pueden admirar, constituyen una muestra de tan especializado trabajo de provisión y previsión. Utilizaban en forma metódica el sistema de abonar las tierras con guano, estiércol del pájaro marino del mismo nombre, que acumulaba grandes depósitos de sus excrementos. Lo interesante es que los indígenas descubrieron que daba excelentes resultados sí lo adicionaban a la tierra del cultivo. Así lo comentó Cobo:
 
"...Guaneaban o estercolaban la tierra...y con regadío artificial hacían acequias de regadío con paredes de piedra...".
 
Cieza de León cuenta que los naturales de la costa solían enterrar numerosas cabezas de sardinas en las sementeras, a manera de abono, para obtener buenos cultivos/ veamos:
 
"...Y en este paraje (Valle de Pachacamac), en la mar matan tantas sardinas que bastan para el mantenimiento destos indios y también para hacer con ellas sus sementeras...".
 

DEPÓSITOS

 

Otro de los aspectos de estos indígenas que impactó a los ibéricos, fue su previsión para almacenar abundantes alimentos y otros artículos de utilidad, no sólo para mantener todo el aparato político, religioso y militar, sino también para los tiempos de escasez por alguna calamidad. Entre los incas, tales depósitos estaban situados en las afueras de las ciudades, en terrenos altos para resguardarlos de las inundaciones y además, como su tamaño era pequeño, para prevenir un desastre mayor en caso de que algo ocurriera, por ejemplo en un incendio, porque serian fáciles de controlar y se perdería poco. Cieza dice que vio hileras de estos almacenes hasta en número de cincuenta,- veamos otra relación del cronista:
 
"...(Tenían) muchos aposentos y grandes depósitos llenos de las cosas necesarias, lo cual era para provisión de las gentes de la guerra... Y otros de comida y de todo género de mantenimientos...".
 
Así lo reseña también Cobo:
 
"...Los bastimentos y provisión que se guardaban en éstos depósitos, y de que en todos tiempos estaban llenos, eran todas las cosas que los pueblos tributaban, gran cantidad de maíz, quinúa, chuño, frísoles, y otras legumbres: abundancia de charque o cecina de llama, venados y vicuñas y otros bienes materiales...".
 
Todo en el Imperio Inca estaba debidamente contabilizado en sus quipus en cordelería, complejo método de registro de toda clase de sucesos, dentro de los cuales el inventario anual de las existencias de los depósitos demandaba un trabajo especial por parte de los comisarios reales, llamados Quipucamayos, quienes mantenían debidamente informado a su Señor sobre las existencias del reino. El mencionado cronista lo relata:
 
"...Llevaba las cuentas gentes especializadas en los quipos... Servían de memoria o de cuaderno un manojo destos quipos, en los diversos hilos de colores diferentes y en cada uno dados varios ñudos y lazada, eran figuras y cifras que significaban diversas cosas...".
 
Y continúa el fraile con su descripción:
 
"...Había personas diputadas para éste oficio y cuentas, a quienes llamaban quípocamayos, y eran entre nosotros los historiadores, escríbanos y contadores, a los cuales se les daba entero crédito,- porque no todos los indios tenían inteligencia de los quipos, sino sólo aquellos que se aplicaban a ellos... Había diferentes quipos para diferentes géneros de cosas, como para tributos, tierras, ceremonias, y toda suerte de negocios de paz y de guerra,- y los quipocamayos, iban de generación en generación a los que de nuevo entraban en el oficio.., y desta suerte daban razón de todo lo que pasó en ésta tierra todo el tiempo que gobernaron los Incas...".

 

“Calendario, Fiestas, Ceremonias, Sacrificios y Solemnidades”

 

 

UEY TOCOZTLI (Capítulo IV.  Folio 4, Foja 59)

 
Al quarto mes llamavan, Uey Tocoztli: en el primero dia deste mes: hazia fiesta a honrra del dios llamado Cinteutl, que le tenian por dios de los mahizes: ahonrra deste, ayunavan quatro dias, ante de llegar la fiesta.
 
“..En esta fiesta, ponian espadañas, alas puertas de las casas ensangrentavanla, con sangre de las ovejas, o de las espinillas: los nobles y los ricos, demas de las espadañas, enrramavan sus casas, con unos ramos, que llaman acxoiatl. Tambien enrramavan asus dioses, y les ponian flores a los que cada uno tenia en su casa.
 
Despues de esto, yvan por los mahizales, y trayan cañas de mahiz (que aun estava pequeño) y componianlas con flores, y yvanlas  a poner delante de sus dioses, ala casa que llamaban calpulli: y tambien ponian comida delante dellos.
 
Despues de echo esto, en los barrios: yvan al cu, de la diosa, que llamaban Chicomecoatl: y alli delante della hazian escaramucas amanera de pelea: y todas las muchachas llevavan a cuestas, macorcas de mahiz  del año pasado: yvan en procesion, apresetarlas, ala diosa chicomecoatl: y tornavanlas otra vez a su casa como cosa bendita, y de alli tomavan la semilla, para sembrar el año venidero: y tambien ponianlo por corazon, de las flores, por estar bendito.
 
Hazian de masa (que llaman Tzoalli) la ymagen desta diosa, en el patio de su casa, y delante della: ofrecian todo genero de mahiz, y todo genero de frijoles, y todo genero de chien (chiles): porque dezian, que ella era la autora,  y dadora de aquellas cosas, que son mantenimientos, para bivir la gente.
 
Segun relacion de algunos: los niños que matavan, juntavanlos enel primero mes, comprandolos asus madres: y yvanlos matando, en todas las fiestas, siguientes, hasta que las aguas comencavan de veras: y ansi matavan algunos, enel primero mes llamado Quauitleoa: y otros enel segundo, llamado Tlacaxipecaliztli: y otros en el tercero llamado Tocoztontli: y otros en el cuarto llamado Uey Tocoztli: de manera que hasta que comencavan las aguas abundosamente, en todas las fiestas sacrificavan niños. Otras muchas cerimonias, se hazian enesta fiesta.”

El texto ha sido tomado de la edición fascimilar del Libro Segundo del Códice Florentino que se encuentra resguardado en el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. Dicho códice se puede consultar de manera completa en la Word Digital Library.